Ostioneras demuestran fe y salen adelante

Por María del Rosario Jáuregui Méndez*

Ostionera por vocación y corazón, Isabel Cervantes Rivas es una mujer fuerte con una gran experiencia de vida. En el restaurante El Barco, propiedad de la Cooperativa Única de Mujeres de Puerto Peñasco, Sonora, misma que ella preside, amablemente accede a dar una sencilla pero sustanciosa entrevista sobre los retos de la ostricultura.

Entre avistamientos y cantos de gaviotas, ostreros, charranes y demás aves que habitan los alrededores del restaurante en el Estero Morúa, Cervantes, de voz baja, platica de los porvenires de la cooperativa.

El proyecto de cultivo de ostión nace en 1982 en el estero ubicado en el km 6.8 de la carretera de Puerto Peñasco a Caborca. De los 118 socios originales, en su mayoría mujeres, actualmente sólo son 17. Algunas fallecieron, otras no le tuvieron fe a la propuesta y a otras no les gustó la actividad. Las que continúan laborando han transmitido el amor y respeto a este pedazo de tierra que ha dado para comer y vivir dignamente a sus hijos, nietos y bisnietos.

Ostioneras demuestran fe

Foto: Paloma Valdivia

La cooperativa siembra anualmente alrededor de 3 millones de semillas de ostión. Se alimentan a sí solas de microalgas, siempre que existan condiciones de sol y agua en los esteros para que se puedan desarrollar.

Cervantes comenta que existen temporadas malas, y la mortalidad llega a ser hasta del 100 por ciento, por lo que han tenido que emprender en tres ocasiones este proyecto. Pero al igual, dice, “le tienen fe,” y siguen adelante.

La venta la realizan en el mismo restaurante, donde ellas preparan los ostiones. Los venden a los turistas y gente de la localidad en 60 pesos la docena. Complementan el menú con tostadas de ceviche, mantarraya, y otros manjares. También venden el producto en otras ciudades del noroeste mexicano, entre ellas Caborca, Nogales, Agua Prieta y Mexicali.

Organizadas por roles -- de una socia por semana -- obtienen de aquí el sustento para sus familias.

*Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMar) No. 14

 

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Acciones para la conservación del
Estero Morúa en Puerto Peñasco, Sonora


Por Paola Santiago y Juan José Gutiérrez*

Las almejas chiludas

María Isabel Cervantes Rivas, Presidenta de la Cooperativa Única de Mujeres de Puerto Peñasco, platica de los porvenires de la ostricultura.

Con el apoyo del Centro Intercultural de Estudios de Desiertos y Océanos (CEDO), el grupo ecológico “Los que quisieran ser más” inició negociaciones para realizar actividades de conservación en el Estero Morúa.

En el grupo se encuentran las alumnas Lucía Morales González, Paola Santiago Martínez, y Karla Beatriz Chacón Villa, así como el coordinador, el profesor Juan

José Gutiérrez Cisneros, todos integrantes del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMar) No. 14. Las alumnas comentan sentirse muy emocionadas por abrir las pláticas con María Isabel Cervantes Rivas, presidenta de la Cooperativa Ostrícola Única de Mujeres, que desempeña sus labores en el estero. Las negociaciones surgen tras la necesidad de combatir las principales fuentes de contaminación del estero. Los esteros son humedales abundantes en alimentos para los organismos que los habitan. Son sitios ideales para la reproducción y crianza de especies, como el ostión. Su conservación es fundamental para la ostricultura, debido a su importancia económica para la comunidad. Chacón Villa comenta que las negociaciones dieron paso a una colecta de basura en el estero, el 3 de abril del año en curso. La colecta produjo una muestra de 533 piezas de desechos. De ellas, 54.3 por ciento es de trozos de poliestireno, comúnmente llamado foam; gran parte de ese material proviene del sistema de flotación que utilizan todos los ostricultores del puerto. A raíz de la muestra, se plantean el diseño de flotadores ecológicos para el proceso de la ostricultura y descontinuar los flotadores actuales que tanto contaminan. Además, el grupo ha solicitado el apoyo del Ayuntamiento de Puerto Peñasco para lograr la conservación del Estero Morúa.

* Estudiantes del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar No. 14 (CETMar)


Centro de visitantes prototipo brota en medio del Desierto de Sonora

Por Gerardo Manuel Pasos González*

Una de las 13 Maravillas Mexicanas, la Reserva de la Biosfera del Pinacate y Gran Desierto de Altar se declarará Patrimonio Natural de la Humanidad próximamente.

Cuna de las culturas de Santiaguito y Tohono O’odham, estos rumbos ofrecen historias, ritos y actividades indígenas valiosas por su interpretación de la vida en cuanto a la naturaleza.

Se trata de un área protegida de casi 714,556 hectáreas del desierto más biodiverso del mundo, pintadas con elegancia por cráteres y magma fosilizada. Cuenta con 400 formaciones geológicas naturales, entre ellas cráteres y montañas de lava. Además tiene las dunas de arena más grandes de Norteamérica que llegan a medir más de 200 metros de altura.

En estos paisajes únicos habitan las especies que caracterizan la zona, como lo son el pez pupo del desierto, el zorro gris, el halcón cola roja, los cactus, y el mezquite entre otros.

El concepto de las 13 Maravillas de México proviene de una votación conducida a nivel nacional por integrantes de la industria televisiva.

Ahora, en vísperas de la declaración a nivel internacional de la UNESCO, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, junto con la Comisión de Fomento al Turismo del Gobierno del Estado de Sonora y otras instancias, creó un prototipo de centros de visitantes en el país. Es el centro Schuk Toak (montaña sagrada), que contó con una inversión de 35 millones de pesos, canalizados a la más alta tecnología en conservación de recursos naturales, para fines de asentar el edificio público autosuficiente más grande de México.

Diseñado por especialistas de la Universidad Autónoma de Baja California, quienes aprovecharon la naturaleza del paisaje, Schuk Toak cuenta con 1300 m2 instalados sobre magma fosilizada.

Energéticamente hablando es independiente de las redes convencionales de abastecimiento. El 100 por ciento de la electricidad con la que funciona el edificio proviene de fuentes renovables. Es un ejemplo de factibilidad para el uso de energías limpias que no producen emisiones de dióxido de carbono (CO2), mismas que contribuyen al efecto invernadero y al cambio climático en perjuicio a la sobrevivencia de las especies.

Tiene una orientación que le brinda una ventilación natural. Está construido con materiales y técnicas térmicas que hacen que el ahorro de energía sea exponencial. Estos materiales tienen las cualidades de ser durables, de bajo mantenimiento, de baja energía incorporada, de madera certificada y sin tóxicos. La estructura cuenta también con más de 300 m2 de paneles solares que son suficientes para abastecer las necesidades eléctricas del centro.

Schuk Toak incorpora un generador de energía eólica que contribuye a la producida por las celdas solares. Además cuenta con un sistema de Schuk Toakmonitoreo de clima, humedad, evaporación, rayos UV, radiación, viento, temperatura, precipitaciones y astronomía.

Próximamente se instalará un sismógrafo importante para la región, porque así Schuk Toak también formará parte de la red sísmica del noroeste de México.

*Estudiante del Instituto Tecnológico Superior de Puerto Peñasco ITSPP)