Directorio

Colaboradores en este número

Ensenada, Baja California
Erick Falcón
Oscar Cota

Cabo Pulmo, Baja California Sur
Miguel Ángel Torres

San Blas, Nayarit
Alma Delia Sojo Cornejo
Irvin Uriel Aguilar Chávez
Nancy Kate Ayón Carlos

Teacapán, Sinaloa
Talli Nauman

Guaymas, Sonora
Alex Daniel Gastélum López
Eunice Angélica Jiménez Cobos
Javier Osvaldo Díaz
Mario David Gamboa López
Martín Barrón Trujillo

Puerto Peñasco, Sonora
Javier Emmanuel Verdugo Melendrez
Santiago León Marco Antonio.

Consejo Editorial
César Angulo (San Luis Rio Colorado, Son.)
Talli Nauman (San Ignacio, B.C.S.)
Debra Valov (Mulege, B.C.S.)
Sergio Morales Polo (Loreto, B.C.S.)
Carmina Valiente (La Paz, B.C.S.)
Miguel Ángel Torres (Aguascalientes, Ags.)

Asesores del Vol. 1, No. 3
Ernesto Bolado
Alba Reyna González
Juan Francisco García
Carlos Simental
Dahl McLean

Traducciones Vol. 1, No. 3
Debra Valov
Steve Gooding
Thomas J. McGuire
Jim Morgan
Pacifica

Agradecimientos
SuMar - Voces por la Naturaleza, A.C.
Fondo de Acción Solidaria, A.C.
Green Grants
The David and Lucile Packard Foundation
Resources Legacy Fund
Alcosta
Lasecomujeres.org

Diseño
Gabriel Martínez; Guaymas, Sonora

Contacto
meloncoyote@gmail.com

Impresión
Primera Plana, Hermosillo, Sonora


Meloncoyote logotipo


Melóncoyote es un producto de Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica (PECE), un proyecto independiente de comunicación fundado en 1994 con el apoyo de la Fundación MacArthur.
Los puntos de vista de los autores son responsabilidad propia.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos, ilustraciones y/o contenidos citando a los autores y a la publicación.

 

Logos de colaboradores

Al hojear o navegar por estas páginas, el lector debe sorprenderse. Eso es, no sólo porque queremos que se anime para seguir la lectura, sino porque esta publicación ha logrado completar su cuarta edición y con un nivel de calidad mejor que nunca.

La aún corta pero fructífera trayectoria de Melóncoyote es consecuencia de unos factores claves. Reconocemos los esfuerzos de la sociedad civil organizada en torno a Alcosta, que mantienen una lucha constante por la conservación y sustentabilidad del noroeste mexicano al tiempo que marca puntos de la agenda ambiental que son materia prima para su difusión en este medio.
    
Un ingrediente más es la perseverancia de reporteros profesionales, representados por Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica (PECE), por crear y desarrollar un órgano de difusión para el área del Mar Bermejo, en el que los habitantes dan cuenta de los peligros que enfrenta su entorno natural y social, así como los casos ejemplares en la defensa y éxito de las luchas ciudadanas en materia ambiental.

SuMar, organización con sede en Guaymas, es un componente significativo, ya que con sus acciones y programas de educación ambiental, ha convertido la participación de mujeres y hombres, estudiantes, maestras y profesores en la semilla de lo que permite ser un generoso bosque de periodistas ciudadanos.

El elemento esencial ha sido el trabajo voluntario que ha hecho realidad los primeros cuatro números de esta publicación, ya que todos los participantes sin excepción han realizado sus aportaciones sin recibir honorario alguno a cambio.

 El primer, Número 0, fue el de prueba. Ahora en este Número 3 podemos jactarnos de tener notas resultado de la capacitación en el periodismo ciudadano, emprendido por Sumar en coordinación con alumnos y maestros de los planteles del CETMar, así como notas de periodistas ambientales muy premiados a nivel internacional, como es Erick Falcón, ganador del Premio de Periodismo Ambiental 2010 para todo América Latina en el certamen convocado por la agencia de noticias Reuters y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Desde un principio, Melóncoyote se basó en el entendido de la necesidad de una publicación impresa en español para la región del Golfo de California. Ahora, tenemos otro gran avance al lograr un perfil más alto, con la traducción a la lengua inglesa y la disponibilidad en Internet -- gracias a la labor de la educadora ambiental Debra Valov, fundadora de Lasecomujeres.org.

Sólo resta comentar que todo se ha hecho en tiempos difíciles, ya sea por la recomposición de la industria de la comunicación masiva o por las amenazas que enfrentamos como trabajadores de los medios en cuanto asumimos la tarea de investigar los intereses que perjudican al desarrollo sustentable. Todo se ha realizado con muy agradecido pero muy poquito financiamiento. Ha sido amor al arte.

Hacemos general la invitación a voluntarios que deseen sumarse a las tareas, como por ejemplo la producción en diseño impreso y en línea o la redacción. Aunado a esto, llamamos para que nos financien dentro de sus posibilidades.

El resultado seguirá siendo un Melóncoyote en el que los habitantes se reconozcan a sí mismos como los principales protagonistas defensores de los recursos y compartan sus anhelos para mejorar el estilo de vida sin dañar al ambiente.

 

 

¿Por qué el Melóncoyote?

Al arrancar el primer proyecto de periodismo ciudadano de la región de El Golfo de California, en 2005, nuestro equipo escogió el nombre de Melóncoyote porque es una especie emblemática de las tierras en que desempeñamos nuestra misión.

El melóncoyote (Cucurbita palmata, C. cordata, C. digitata o C. foetidissima), también conocida como calabacilla, es una planta silvestre, perenne, resistente, versátil, bella, útil y nativa de los suelos arenosos que caracterizan la región de El Golfo de California. Se encuentra en siete estados y dos países: Baja California Sur, Baja California, Sonora, Sinaloa y Nayarit, en México; y California y Arizona en los Estados Unidos. Los y las lugareños indígenas y campesinos que portan la sabiduría tradicional nos dicen que en su uso como medicina es amarga pero efectiva; como instrumento musical, sirve de sonaja; como alimento, sus semillas proveen de harina y aceite con alta cantidad de proteína; y su cáscara es ideal para guardar “tiliches”. Es parte integral de la cadena alimenticia, ya que toma su nombre del hecho de que los coyotes la comen, y también nutre a la jabalina y el puerco espín. Tiene una raíz inmensa que le garantiza la sobrevivencia contra el mal tiempo, mientras sus largas enredaderas sirven de anclas para la tierra en áreas frágiles.

El equipo hizo énfasis en su intención de crear un medio de comunicación masiva, capaz de difundir los esfuerzos para el desarrollo sustentable a nivel regional, al escoger el nombre de Melóncoyote, porque se encuentra la especie en toda la zona. Con ella como nombre y logotipo, damos una clara señal, además, de nuestro respeto para los detalles del territorio y los mares, así como las culturas ancestrales y las costumbres de la región.

Vemos el establecimiento de este medio de capacitación y difusión como algo urgente dada la idiosincrasia de la región. Nos concebimos como un elemento del entorno, positivo como es el melóncoyote, ante los retos del crecimiento de la región: su densidad poblacional baja, reciente incorporación política a la estructura nacional gubernamental, alta atracción natural, y proximidad al sector fuerte de inversión estadounidense. Entendemos que todo esto implica fuertes presiones de desarrollo que requieren de habitantes informados, con la posibilidad de participar en las decisiones que afectan su tierra, agua, aire, tesoro de biodiversidad y futuro. Invitamos a otros ciudadanos a unirse con nosotros a participar en la construcción de este medio y por un futuro estable para la región.

Los antecedentes del proyecto datan de 1994, cuando se formó Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica, PECE, un primer intento de su tipo, que después participó en la fundación en 2004, de la organización nacional gremial de la Red Mexicana de Periodistas Ambientales.

Todo el trabajo del Melóncoyote es voluntario.

www.meloncoyote.org
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