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Anna Tilman en la reunion sobre RETCsAnna Tilman, representante de las ONGs de Canadá participó en la reunión anual trinacional sobre RETCs de 2012 (Foto: Talli Nauman)
Luego de 18 años de insistencia, ahora las fábricas en México tienen que reportar sus desechos tóxicos
Por Talli Nauman*

No fue sino hasta el último día del sexenio del ex primer mandatario Felipe Calderón que el gobierno de México finalmente respondió a 18 años de presiones de la ciudadanía para realizar   el  Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC): El 5 de diciembre  de 2012, el Diario Oficial de la Federación publicó el Proyecto de Norma Oficial Mexicana No. 165 que establece la lista de sustancias toxicas sujetas a reporte en cada establecimiento industrial que las genera como parte de su proceso productivo.

El documento  es el instrumento legal para aplicar el reglamento del RETC aprobado en 2004.

El deber de las industrias de divulgar anualmente las cantidades de cada químico que emiten, bajo pena de multa, debía entrar en fuerza después de considerar las aportaciones recibidas del público en un período para comentarios con 60 días de vigencia desde la fecha de la publicación del listado.

Mientras el aviso representó una esperanza, también fue un recordatorio de lo mucho que los sectores involucrados en la mejora de salud ambiental han tenido que luchar  durante cuatro sexenios  para lograr un RETC en México.

Estados Unidos inició su versión del RETC en respuesta a la ira pública generada por las descargas secretas de gases de la fábrica de pesticidas de Union Carbide en Bhopal en 1984 que mató a unas 20 mil personas. Canadá siguió los pasos con su versión en 1992. En México, varias organizaciones lograron una reforma  a la Ley General de Equilibrio y Protección Ambiental en 2001, que mandató  a la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), establecer un RETC.

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propósitos, incluyendo los de comparabilidad transfronteriza propuestos por la Comisión para la Cooperación (CCA) de América del Norte.

La CCA ha impulsado la mejora de los RETCs, proporcionando un foro de discusión entre sectores en sus reuniones anuales de consulta sobre los registros. Fue gracias a la reunión del 30 al 31 de octubre de 2012 que el mensaje de las organizaciones no gubernamentales llegó a influir en la publicación del nuevo listado del RETC mexicano, justo al fin del sexenio.

Las organizaciones participantes y presentes en el grupo de trabajo que declararon su “más enérgico rechazo a la forma en que se ha conducido el gobierno mexicano, al respecto” fueron: Asociación Ecológica Santo Tomás, Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica, CIP-Programa de las Américas, Greenpeace México, y Fronteras Comunes.,

Al reconocer la publicación del listado, Azucena Franco, de Fronteras Comunes, comentó: “Desde luego que no cantamos victoria en el hecho de que a partir de ahora todo será transparente y que las emisiones estarán contabilizadas, se van a reducir y se va a aumentar la lista, pero es una gran noticia de que se tenga que reportar por ley”.

La versión estadounidense del inventario cubre 600 sustancias, la de Canadá enlista  300. México empieza con 200. Según la CCA, ahora hay 57 sustancias comunes a los tres países.
Aunque el número en México es pequeño, las ONGs en el grupo de trabajo convocado por Semarnat para elaborar el listado determinaron que un inicio  suave sería mejor que ningún arranque, una amenaza verdadera por el peso de representantes corporativos en el grupo opuestos al proyecto.

El período para  elaborar el nuevo listado de sustancias “ha transcurrido en un marco burocrático lento, disfrazado de transparencia, donde las opiniones de la sociedad a través de las ONG participantes en el Grupo de Trabajo para la NOM, así como participantes de la academia, no tuvieron la suficiente representación debido a una correlación de fuerzas desfavorable frente al sector industrial y gubernamental” destacaron las ONGs en Toronto.

Los registros establecidos están en constante revisión y ampliación en los países industriales del norte que fueron los primeros en emplearlos como una manera de asegurar de que “lo que se mide, se maneje” y de hacer pagar a los contaminadores.

Los registros ahora tienden a tomar lugar a nivel global, con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y  las agencias de la ONU apoyando la incorporación de  los países en desarrollo.

*Codirectora de Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica


Esto hizo de México el primer país en América Latina en  sentar la base legal para esta herramienta clave para el acceso público a la información ambiental. Sin embargo el país estaba lejos aún de hacer valer la ley.

Un esquema voluntario para reportar empezó el 1 de abril de 2005, con la publicación de un listado provisional de 104 sustancias. Esa relación entró en obsolescencia  el 1 de abril de 2007, con el efecto de que el registro público de residuos tóxicos no ha tenido sostén legal desde entonces, mostrándose menos que útil para todos los
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