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La suerte económica y ambiental de Puerto Vallarta, lección para la Riviera Nayarit

Por Kent Paterson*

Riviera Nayarit

Los megadesarrollos costeros al estilo Puerto y Nuevo Vallarta muestran el patron anticipado en toda la costa nayarita. Haga clic en la imagen para ampliar. (Foto: Cortesia de Fonatur Riviera Nayarit).

PUERTO VALLARTA

Cayendo cuesta abajo desde las escarpadas colinas de la selva de la Sierra Madre, el Río Cuale atraviesa esta ciudad jalisciense, rumbo a la Bahía de Banderas, ubicada en el extremo sur de la Riviera Nayarit. Las iguanas, las ardillas y las aves acuáticas encuentran refugio y sustento en el hábitat ribereño. Se puede observar hasta especies raras, como las nutrias de río, retozando en el agua.

Junto al Río Cuale se encuentra la Colonia Emiliano Zapata, que se desarrolló como un vecindario de calles adoquinadas, tejados y casas familiares de paredes blancas. Sin embargo, en los primeros meses de 2017, los lugareños observaron nerviosos la construcción de nuevos condominios de varios pisos, muy por encima de la altura tradicional. Debido a que pocos vallartenses pueden pagar condominios con los precios anunciados, que van desde 115 mil dólares en adelante, los extranjeros y los mexicanos adinerados constituirán el mercado para estas nuevas residencias.

A pesar de que un letrero en una de las obras prometía una vida ecológica, las bombas chirriaban ruidosamente día y noche extrayendo agua del sitio de construcción y descargándola en el Río Cuale.

Una propietaria de una pequeña tienda de útiles de escritorio del barrio, Rosa Limón, dijo que los cambios que arrasan su ciudad son señal de nada menos que "el deterioro y la destrucción de la esencia de Puerto Vallarta y su historia".

“Además de obstruir las vistas, los condominios interrumpen la brisa del océano”, sostuvo Limón, “No hay un estudio de impacto sobre todo este crecimiento. Hay crecimiento para quienes desarrollan el proyecto, pero no para la colonia. Hay crecimiento para unos cuantos, pero no desarrollo para la ciudad".

Limón, profesora de carrera, presentó una queja el año anterior ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Jalisco sobre un nuevo edificio de siete pisos que consta de 46 unidades de condominio y varias tiendas ubicadas en la misma calle de su negocio, alegando que una acera se expandió sin la autorización adecuada. En respuesta, el alcalde de Puerto Vallarta, Arturo Dávalos, envió documentos a la comisión estatal, misma que certificaba la legalidad del proyecto y su aprobación condicional por parte de una asociación de vecinos, una agrupación que, según Limón, no representaba a todos los residentes ni tenía interés legítimo en el asunto.

En un panorama más amplio, Puerto Vallarta y sus alrededores representan un estudio de caso sobre el rápido crecimiento impulsado por el turismo versus la sostenibilidad ambiental, de los intereses públicos enfrentados a las ganancias de los desarrolladores y la privatización de los espacios públicos.

En 1970, el puerto de la Costa del Pacífico albergaba a 35 mil 911 personas, contaba con 1 mil 310 habitaciones de hotel y recibía 157 mil 541 visitas, según un estudio de José Luis López y José Alfonso Baños contenido en el libro Desarrollo Local y Turismo, publicado en 2012 por la Universidad de Guadalajara.

Hoy en día, se estima que más de 300 mil personas residen en Puerto Vallarta. Según la Secretaría de Turismo del estado de Jalisco (Secturjal), Vallarta cuenta hoy con 22 mil habitaciones de hotel con otras 15 mil 300 en la parte contigua de la Riviera Nayarit, un área que se extiende desde los grandes hoteles de Nuevo Vallarta, Nayarit, hacia las lujosas propiedades de Punta Mita, en la Costa del Pacífico y a las ciudades nayaritas de San Pancho y Sayulita.

El desarrollo de Riviera Nayarit fue promovido por la agencia federal mexicana, Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo).

Para 2016, Secturjal informó que Puerto Vallarta dio la bienvenida a 4 mil millones de visitantes, mientras que la Riviera Nayarit logró 2 mil 624 mil. La agencia estatal de turismo celebró los hechos como la nueva "bonanza" turística, misma que continuó en 2017. Fiel a su espíritu, un nuevo centro comercial de lujo, La Isla, se inauguró en Puerto Vallarta.

A medida que Puerto Vallarta creció, se construyeron grandes hoteles como el Fiesta Americana y el Holiday Inn, así como imponentes desarrollos de condominios, en una zona especial retirada de la Colonia Emiliano Zapata y del centro histórico. Terminada en 1993, la Marina Vallarta afectó severamente el humedal El Salado, hábitat de cocodrilos y aves migratorias.

En el histórico año pico de 2008, los cruceros internacionales transportaron a 589 mil pasajeros en 276 barcos a los muelles de Puerto Vallarta, según la ahora desaparecida publicación Frontera NorteSur, con sede en Nuevo México. El embotellamiento de mediodía de los visitantes de cruceros que desfilaban por las estrechas calles del centro de Vallarta fue -y aún es- un espectáculo ritual durante la temporada.

Al igual que Acapulco, Cancún y Zihuatanejo, el auge económico y demográfico de Puerto Vallarta trajo consigo la proliferación de asentamientos subdesarrollados en la periferia de la ciudad, donde los residentes de bajos ingresos, proveedores de los servicios al turismo, carecían de infraestructura pública básica, y la recolección y eliminación de basura resultó problemática.

Escribiendo en Desarrollo Local y Turismo, los académicos Baños, Muñoz, y Rodrigo Tovar, analizan en detalle los planes de desarrollo oficial para Puerto Vallarta desde 1953 y concluyen que fueron muy limitados. Además, los investigadores sostienen que el patrón de desarrollo de facto que surgió facilitó el "caos y el desorden" y agravó la "desigualdad urbana" entre la zona turística y las colonias de clase trabajadora.

Los problemas ambientales han pasado a primer plano en los últimos años. En 2005 y 2006, los activistas libraron una batalla infructífera contra las autoridades municipales que transformaron cuatro parques en estacionamientos privados y plazas de concreto. Mientras tanto, a medida que se extendían los condominios, Ron Walker, del Grupo de Ecología de Puerto Vallarta, advirtió sobre la "acapulquización" de Puerto Vallarta.

En 2007, Greenpeace México informó que los desechos descargados provenientes de Puerto Vallarta contaminaban la Bahía de Banderas con 49 mil 248 metros cúbicos de aguas residuales todos los días, según cifras de la Comisión Nacional del Agua. Tras señalar que los enterococos detectados en las aguas de la popular playa Los Muertos de Puerto Vallarta superaron los estándares de la Organización Mundial de la Salud en 16 ocasiones, los activistas de Greenpeace cerraron brevemente la playa ese verano en una protesta simbólica.

Las controversias ambientales familiares para Vallartenses también han surgido en la Riviera Nayarit. Por ejemplo, los residentes de Sayulita protestaron a principios de 2017 contra la contaminación de aguas residuales, de acuerdo con los reportes de la prensa local.

En entrevistas este año, Limón y su colega, la abogada ambientalista Flor Alejandra Arce Romero, describieron otros desafíos ambientales como los de detener la caza furtiva de tortugas, promover el reciclaje y la separación de basura según lo ordena la ley del estado de Jalisco, y proteger a las ballenas jorobadas que pasan cada invierno a parir en la Bahía de Banderas. Estas se enfrentan a riesgos por el descuido de los barcos de avistamiento de ballenas y de los buques de mayor tamaño como los cruceros.

Además, Arce está preocupada por la supervivencia de los jaguares regionales, la resiliencia ante el cambio climático y la protección, ante la presencia de los desarrolladores de proyectos, de las colinas de la selva baja conocida como La Montaña. "Estoy preocupada por la zona de montaña", dijo. "Si la protegemos, aquí no nos faltará agua".

La participación pública, o la falta de ella, en la planificación y el desarrollo de la comunidad, así como la protección del medio ambiente, es un componente crítico del futuro de Puerto Vallarta. Sin embargo, priorizar el cuidado del medio ambiente mientras se conserva la tradición cultural local ha sido una lucha en ascenso.

Por su parte, Rosa Limón tiene clara la identidad, el carácter y la forma que su ciudad debe presentar. La residente de 43 años de Puerto Vallarta recuerda haber visitado Acapulco además de conocer gente de esa ciudad que visitó Vallarta y que le advirtió sobre la posibilidad de repetir la historia de la antigua zona de moda turística internacional de México, un lugar actualmente asediado simultáneamente por crisis ambientales, económicas, de seguridad pública y social.

"Puerto Vallarta va en esa dirección si los vallartenses no actúan", advirtió Limón. "Está perdiendo su imagen y calidad, y podría perder su calidez humana y cordialidad". Todavía hay tiempo, y hay autoridades que quieren (conservar Puerto Vallarta) pero faltan esfuerzos... "

… La misma dirección en que va la Riviera Nayarit entera.

*Editor emeritus de Frontera NorteSur