Directorio
Colaboradores en este número
Baja California
Claudia Cecilia González Olimón
Baja California Sur
Miguel Ángel Torres
Arizona
Talli Nauman
Gloria Abdala
Sonora
Hitandui Tovar
Gladis Jazmín Cazares
Karim Oswaldo Duarte Nafarrate
María Marcela Rascón González
Reyna Selina Valenzuela Rendón
Flor Rebeca Amarillas Sánchez
Dania Noheli Meneses Velázquez
Marco Antonio Rodríguez Valerio
Sinaloa y Nayarit
Ernesto Bolado
Elizabeth Dalila Frausto Sotelo
Consejo Editorial
César Angulo (San Luis Rio Colorado, Son.)
Talli Nauman (San Ignacio, B.C.S.)
Debra Valov (Mulegé, B.C.S.)
Griselda Franco Piedra (Guaymas, Son.)
Miguel Ángel Torres (Aguascalientes, Ags.)
Soyna Daniels (Hermosillo, Son.)
Asesores Vol. 3, No. 1
Ernesto Bolado, Máchangeles Carvajal,
Dahl McLean, Silvia Susana Sánchez
Traducciones al inglés
Debra Valov
Jim Morgan
Pacifica
Sarah Picker
José Nicolás Cabrera-Schneider
Agradecimientos
SuMar - Voces por la Naturaleza, A.C.; Fondo de Acción Solidaria, A.C.; Green Grants; Lasecomujeres.org; Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora
Diseño
Debra Valov, Mulegé, B.C.S.
Contacto
meloncoyote@gmail.com
Melóncoyote es un producto de Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica (PECE), un proyecto independiente de comunicación fundado en 1994 con el apoyo de la Fundación MacArthur.
Los puntos de vista de los autores son responsabilidad propia.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos, ilustraciones y/o contenidos citando a los autores y a la publicación.
Este número de Melóncoyote fue producido en la coyuntura de tres grandes acontecimientos: La Cumbre de Río+20, oficialmente llamada la Conferencia de la ONU para el Desarrollo Sustentable; la Reunión de Líderes del G20, considerado por la actual administración de la Presidencia de la República como la más importante reunión multilateral en la historia de México; y las elecciones presidenciales de 2012.
En el caso del primero, celebrado los días 14-23 de junio en Río de Janeiro, Brasil, analistas coinciden en que los logros de la negociación son mínimos, aunque lo meritorio, concluyen, es seguir manteniendo estas reuniones sobre una agenda global, al tiempo que reconocen que tal vez los pasos más significativos sean los que se toman a nivel local.
En cuanto al cónclave del G20, consistió en una junta del grupo de países más influyentes del planeta, los días 18 y 19 de junio, justo en nuestra región, en Los Cabos, B.C.S., que se transformó en escenario de manifestaciones de parte de la sociedad civil organizada para la justicia ambiental, en que la prioridad marcada es la calidad de vida, más no las ganancias de los inversionistas, como hemos insistido en estas páginas.
Por lo concerniente a las elecciones del 1 de julio, los y las mexicanos, como gatos bien jugados que somos, sabemos que las promesas de cambio no se cumplen mediante un canje de mandatario o partido. Más bien, se logra la democracia por pasos pequeños, mediante esfuerzos colectivos.
En el presente número de Melóncoyote se ven plasmados los temas concretos que aterrizan los discursos de negociadores, inversionistas, autoridades, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil.
He aquí en la ocasión de Río+20, la declaración de los galardonados del Premio Goldman para el activismo ambiental, que dan también un marco internacional al trabajo de los protagonistas de nuestras notas.
Abarcamos la lucha de los pescadores de Guerrero Negro, B.C.S., para salvaguardar su fuente de empleo y revertir la depredación con el fin de lograr una pesquería sustentable ante la demanda de una población mundial creciente.
Presentamos el punto de vista de un pueblo indígena tradicional, la tribu Yaqui, sobre los riesgos de los agroquímicos y transgénicos, así como las alternativas posibles en los cultivos sanos.
Damos a conocer los pormenores del intento de despojar a esta gente autóctona de su más preciado recurso, el agua del Río Yaqui, sólo para fortalecer a los industriales encamados con los gobernantes estatales y federales.
En contraste, pregonamos los esfuerzos de la sociedad civil organizada para restaurar las aguas de la cuenca de este río y de proteger los humedales de la costa del Golfo de California.
Plasmamos el histórico revés logrado por presiones locales, nacionales e internacionales en cuanto a la cancelación del permiso para el mega desarrollo extranjero Cabo Cortés que amenaza con afectar al único arrecife en el noroeste mexicano. Recomendamos mantener la guardia para no perder el terreno ganado.
En esta ocasión, nuestro proceso contó con la participación de los y las estudiantes y profesores del Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora, planteles Obregón 2 y 3, así como el plantel Quetchehueca, en un taller de Periodismo Ciudadano para la Cobertura del Desarrollo Sustentable en el Noroeste Mexicano.
Impartido por Melóncoyote en un esfuerzo 100 por ciento voluntario, el taller incluyó la oportunidad de reunir a las autoridades yaquis con los estudiantes, de encontrarse en entrevistas de claro impacto mutuo. Esperamos que el resultado -- visto en ésta, la séptima edición del boletín -- sea únicamente el inicio de más y mejor cobertura del tema, no sólo por Melóncoyote, sino por otros muchos medios.
Al arrancar el primer proyecto de periodismo ciudadano de la región de El Golfo de California, en 2005, nuestro equipo escogió el nombre de Melóncoyote porque es una especie emblemática de las tierras en que desempeñamos nuestra misión.
El melóncoyote (Cucurbita palmata, C. cordata, C. digitata o C. foetidissima), también conocida como calabacilla, es una planta silvestre, perenne, resistente, versátil, bella, útil y nativa de los suelos arenosos que caracterizan la región de El Golfo de California. Se encuentra en siete estados y dos países: Baja California Sur, Baja California, Sonora, Sinaloa y Nayarit, en México; y California y Arizona en los Estados Unidos.
Los y las lugareños indígenas y campesinos que portan la sabiduría tradicional nos dicen que en su uso como medicina es amarga pero efectiva; como instrumento musical, sirve de sonaja; como alimento, sus semillas proveen de harina y aceite con alta cantidad de proteína; y su cáscara es ideal para guardar “tiliches”. Es parte integral de la cadena alimenticia, ya que toma su nombre del hecho de que los coyotes la comen, y también nutre a la jabalina y el puerco espín. Tiene una raíz inmensa que le garantiza la sobrevivencia contra el mal tiempo, mientras sus largas enredaderas sirven de anclas para la tierra en áreas frágiles.
El equipo hizo énfasis en su intención de crear un medio de comunicación masiva, capaz de difundir los esfuerzos para el desarrollo sustentable a nivel regional, al escoger el nombre de Melóncoyote, porque se encuentra la especie en toda la zona. Con ella como nombre y logotipo, damos una clara señal, además, de nuestro respeto para los detalles del territorio y los mares, así como las culturas ancestrales y las costumbres de la región.
Vemos el establecimiento de este medio de capacitación y difusión como algo urgente dada la idiosincrasia de la región. Nos concebimos como un elemento del entorno, positivo como es el melóncoyote, ante los retos del crecimiento de la región: su densidad poblacional baja, reciente incorporación política a la estructura nacional gubernamental, alta atracción natural, y proximidad al sector fuerte de inversión estadounidense. Entendemos que todo esto implica fuertes presiones de desarrollo que requieren de habitantes informados, con la posibilidad de participar en las decisiones que afectan su tierra, agua, aire, tesoro de biodiversidad y futuro. Invitamos a otros ciudadanos a unirse con nosotros a participar en la construcción de este medio y por un futuro estable para la región.
Los antecedentes del proyecto datan de 1994, cuando se formó Periodismo para Elevar la Conciencia Ecológica, PECE, un primer intento de su tipo, que después participó en la fundación en 2004, de la organización nacional gremial de la Red Mexicana de Periodistas Ambientales.
Todo el trabajo del Melóncoyote es voluntario.
¿Por qué el
Melóncoyote?
2
Editorial
Misión
Melóncoyote:
en la coyuntura actual
