Revillagigedo, todo por hacer en las Galápagos mexicanas
El decreto de las Islas Revillagigedo crea el Parque Nacional más grande del país, dando inicio al reto de fortalecer la conservación de una de las zonas más ricas del mundo en biodiversidad. Haga clic en la imagen para ampliar. (Foto: Eréndira Valle).
CABO SAN LUCAS
Cuando el pasado 24 de noviembre de 2017, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, firmó el decreto con el que hacía de las Islas Revillagigedo el Parque Nacional más grande del país, daba inicio la gran tarea de fortalecer la conservación de una de las zonas más ricas en biodiversidad que quedan en el mundo.
El reto es cuidar mejor a una zona categorizada desde 2008 como una reserva de la biosfera, por su importancia al planeta. Se trata de más de 14 millones 808 mil 780 hectáreas, la mayoría constituida por la porción marina y sólo 15 mil 518 hectáreas por la terrestre, conformada por las islas Clarión, San Benedicto, Socorro y Roca Partida.
Conocido como “Las Islas Galápagos de México”, el archipiélago en la boca del Mar de Cortés es un destino preferido de buzos, cuyas lanchas parten de Cabo San Lucas en un viaje de 24 horas de ida al aislado lugar perteneciente al estado de Colima.
La tarea de proteger el sitio está a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y de la Secretaría de Marina (Semar). A la primera corresponden las actividades de administrar, manejar, preservar y restaurar los ecosistemas y los elementos del Parque Nacional Revillagigedo, en tanto que a la segunda se le asignan las tareas de inspeccionar, patrullar y llevar a cabo labores de reconocimiento y vigilancia y conservar dicha área.
La Semarnat, establece el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 27 de noviembre, coordinará las tareas a las que se suma la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), para la inspección y vigilancia dentro del Parque Nacional Revillagigedo, al tiempo que convoca a otras dependencias en caso de que sea necesario.
Conocido como “Las Islas Galápagos de México”, el archipiélago en la boca del Mar de Cortés es un destino preferido de buzos, cuyas lanchas parten de Cabo San Lucas. Haga clic en la imagen para ampliar. (Mapa: Wikipedia).
La decisión fue aplaudida por todos los sectores interesados en la conservación; organizaciones ambientalistas y medios de difusión se han dado a la tarea de dar a conocer la riqueza marina que distingue al nuevo parque, algunos de cuyos materiales están disponibles en el sitio de Melóncoyote en Facebook.
Resalta la riqueza marina del lugar, la belleza escénica y la falta de recursos de las autoridades federales para cumplir con su tarea, lo que deja al Parque Marino Revillagigedo a expensas de los pescadores ilegales de atún, tiburón y especies de peces para acuario, principalmente.
Tanto la Semarnat como la Conanp han tenido fuertes reducciones en sus presupuestos, además de que el monto que se les asigna no es significativo. En 2017 la Semarnat recibió 37.4 por ciento menos que en 2016, año en que registró casi 20 por ciento menos que en 2015, cuando cayó 1.1 por ciento, en relación al año anterior.
En el caso de la Conanp, en 2014 su presupuesto aumentó 4.4 por ciento con respecto a 2013; en 2015 descendió 1.35 y si bien tuvo una variación anual positiva de 10.9 por ciento en 2016, descendió un año después en 21.7 por ciento, de acuerdo con un análisis de Fundar, una organización no gubernamental.
Para 2018 el presupuesto aprobado para la Conanp es de 37 mil 580 millones de pesos, cifra equivalente a casi la mitad de lo recibido en 2015, mientras que la superficie de Áreas Naturales Protegidas en todas las categorías se incrementa al igual que las amenazas de llevar a cabo actividades extractivistas dentro de sus delimitaciones.
La situación de la Profepa es similar, carece de dinero, recursos humanos y materiales suficientes para efectuar de manera eficiente la vigilancia en todo el país. “No es que haga un mal desempeño, es que no tiene las canicas para enfrentar la problemática, necesita más gente, más recursos y ajustar los instrumentos”, dijo la exsecretaria de Semarnat, Julia Carabias Lilo, al diario El Universal.
La también galardonada con la medalla Belisario Domínguez 2017, reconoció que la Profepa tiene poco personal y muy poco dinero, por lo que no puede atender toda la problemática del país, además lo que necesita es el fortalecimiento de los instrumentos que le facultan para hacer la procuración de justicia.
El problema no radica solamente en la carencia de recursos, sino que tiene alcances estructurales que en las actuales circunstancias pone en grave riesgo a los defensores de la naturaleza e instituciones, debido a que el crimen organizado está metido en los espacios naturales, “amedrenta a las comunidades, hay un saqueo, sobreexplotación de la pesca y todo el tiempo se intimida a las autoridades y activistas.
“Si el Estado de Derecho estuviera operando, si tuviéramos realmente una buena vigilancia, si esto culminara en las sanciones que nuestra ley plantea, entonces tendríamos mucha menos vulnerabilidad”, advirtió Carabias.
La lejanía del territorio continental del Parque Marino Islas de Revillagigedo hace aún más difícil el cuidado, protección y preservación de sus recursos naturales. Las actividades prohibidas en esa zona son:
- La construcción de infraestructura para la prestación de servicios turísticos en cualquiera de sus modalidades, incluida la de apoyo correspondiente;
- Verter o descargar contaminantes en el medio marino y terrestre, así como desarrollar actividades contaminantes;
- Cambiar el uso de suelo;
- Remover, rellenar, trasplantar, podar o realizar cualquier obra o actividad que afecte la integralidad de los flujos hidrológicos, su productividad natural y capacidad de carga natural de los ecosistemas;
- Interrumpir, rellenar, desecar o desviar cauces de escurrimiento, así como modificar los flujos de agua;
- Realizar actividades de aprovechamiento extractivo de mamíferos marinos;
- Realizar actividades de aprovechamiento extractivo de especies y poblaciones de flora y fauna silvestre;
- Introducir tierra o suelo de otras islas o del continente, ejemplares o poblaciones exóticas, exóticas invasoras de la vida silvestre, así como organismos genéticamente modificados para la realización de cualquier actividad en el área natural protegida;
- Alterar o destruir por cualquier medio o acción los sitios de alimentación, anidación, refugio o reproducción de las especies silvestres;
- Remover o dañar las chimeneas y rocas de las ventilas hidrotermales y zonas hidrotérmicas;
- Emplear métodos de arrastre y otras técnicas invasivas en los fondos marinos;
- Generar emisiones luminosas nocturnas, temporales o permanentes que alteren el comportamiento natural de los ejemplares de la vida silvestre;
- Utilizar cualquier fuente emisora sonora que altere el comportamiento de las especies silvestres;
- Usar explosivos;
- Encender fogatas o fuentes de fuego en las islas;
- Abrir senderos, brechas o caminos;
- Realizar actividades de dragado, remoción del lecho marino o de cualquier otra índole que genere la suspensión de sedimentos o provoquen aguas fangosas o limosas;
- Realizar exploración y explotación minera;
- y las establecidas en la ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
La tarea es ardua y apenas inicia.