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Mujeres de El Recreo asumen el cuidado de tortugas golfina

Por Raquel Zapien*

en aeropuerto

Conservar a las tortugas marinas y mantener la certificación de Playa Limpia es ahora un compromiso personal, comentan las mujeres mientras realizan sus tareas al interior de un vivero. Haga clic para ampliar. (Foto: Raquel Zapien).

EL RECREO

El Santuario Tortuguero El Verde Camacho es una de las playas de mayor importancia para la reproducción de la tortuga golfina en Sinaloa. Las mujeres de esta comunidad ubicada en el municipio de Mazatlán se han convertido en aliadas para la conservación de la especie en peligro de extinción y del entorno natural.

Durante la temporada de arribos, ellas se trasladan a la sindicatura de Mármol, donde se ubica el santuario, para participar en la recolección de las nidadas, sembrado y limpieza de nidos, registro de la eclosión de huevos y liberación de las crías. Por las noches, los hombres, entre ellos sus esposos, realizan rondines de vigilancia a lo largo de la franja costera, de siete de la tarde a siete de la mañana.

El trabajo nunca termina. Cuando las tortugas dejan de arribar, las mujeres se involucran en labores de limpieza y mantenimiento de la playa.

Estas acciones, se realizan desde hace alrededor de una década en apoyo al Centro de Investigación y Conservación de Tortugas Marinas “El Verde”, que actualmente depende de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), correspondiente a la Dirección Regional Noroeste y Alto Golfo de California. Sin embargo, la participación comunitaria se gestó desde tiempo atrás.

Estas mujeres y otros miembros de la comunidad de El Recreo han aprendido que apostar por la conservación genera beneficios ambientales, sociales y económicos, de tal manera, que en el año 2013 conformaron una cooperativa para brindar servicios de ecoturismo que incluyen visitas al área de playa, liberación de crías de tortuga, paseos por la zona de manglar, observación de aves y práctica de actividades acuáticas. Pero no siempre fue así.

Antecedentes

Los académicos Raquel Briseño Dueñas y Daniel Ríos Olmeda, iniciaron en 1975, las primeras acciones de investigación y monitoreo en la zona.

El 29 de octubre de 1986, la playa de El Verde Camacho fue decretada zona de reserva y sitio de refugio para la protección, conservación, repoblación, desarrollo y control de las diversas especies de tortuga marina.

En el decreto se contempló la instrumentación de programas de conservación y la operación de campamentos tortugueros encargados de proteger hembras reproductoras, huevos, nidos y crías, además de realizar actividades de investigación científica y vigilancia durante la temporada de reproducción. Así fue como se estableció de manera formal el primer campamento a cargo del biólogo marino, Daniel Ríos Olmeda, actual coordinador del proyecto.

Posteriormente, el 16 de julio de 2002, se le reconoció como área natural protegida (ANP) con la categoría de Santuario, según el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación.

A partir del 2012, la Playa Santuario El Verde Camacho obtuvo el certificado de Playa Limpia en la categoría de uso prioritario para la conservación de acuerdo a la norma mexicana NMX-AA-120-SCFI-2016 que establece los requisitos y especificaciones de sustentabilidad de playas.

El tramo certificado tiene una longitud de 6.4 kilómetros, el más extenso del país en su tipo. En los últimos siete años, la playa ha logrado mantener la recertificación de forma ininterrumpida gracias a la participación de la comunidad en las jornadas de limpieza que se organizan de forma periódica.

Sitio Ramsar

El 2 de febrero del 2004, El Verde Camacho ingresó a la lista de humedales más importantes del mundo, al ser reconocido como un sitio Ramsar, -- el Número 1,349 --, con una superficie de 6 mil 454 hectáreas, de acuerdo con la ficha técnica que se publica en el portal de Servicios de Información de Sitios Ramsar.

"Estamos dando vida a un animalito indefenso”, señala Susana Tirado Luna. Haga clic para ampliar. (Foto: Raquel Zapien).

La solicitud de ingreso fue elaborada un año antes por la investigadora Raquel Briseño Dueñas, responsable del Banco de Información sobre Tortugas Marinas del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Unidad Mazatlán.

Los países que cuentan con sitios Ramsar están comprometidos a fortalecer la conservación de los humedales, hábitats costeros y las especies que en ellos habitan, como es el caso de las tortugas marinas, mismas que se encuentran amenazadas a nivel mundial debido a factores como la pérdida de entornos adecuados, contaminación y sobreexplotación de las especies.

En este contexto, la participación activa de las comunidades en los programas de conservación es relevante.

La comunidad se integra

Daniel Ríos relata que la colaboración de los pobladores se fue dando de forma paulatina; primero mediante los programas de empleo temporal (PET) para la limpieza de playas o mediante las brigadas comunitarias y proyectos productivos que impulsa la Conanp en las ANP.

Después, las personas siguieron apoyando incluso sin retribución económica, la cual se ha visto afectada por la reducción presupuestal.

Susana Tirado Luna se registró en los PET invitada por su tía Gabriela Díaz, quien entonces motivaba a la comunidad a participar y apoyó las gestiones para la certificación de la playa.

Tras el fallecimiento de su tía, Susana asumió el liderazgo y atrajo a más personas. Ahora son 10 mujeres, quienes de forma regular acuden al campamento para ayudar durante la temporada alta de arribos que abarca de julio a noviembre. En ese lapso, se logran rescatar entre 2 mil 200 y 2 mil 500 nidos en promedio, dependiendo de las circunstancias climatológicas.

“Es como dar vida; estamos dando vida a un animalito indefenso”, señala Susana, mientras anota en la bitácora los nacimientos del día. Sentadas en la arena, sus compañeras extraen del nido a las crías, las cuentan y separan los huevos que no lograron eclosionar.

Madres, hijas, tías, abuelas; todas ayudan en las labores del campamento, cuyo técnico operativo es Julio César González Palacios.

Cuando hay recursos económicos, las mujeres ganan 100 pesos al día por jornadas que inician a las siete de la mañana y que se extienden hasta las tres de la tarde. Pero, cuando no hay presupuesto, el trabajo no se detiene, aunque esto implique que no tendrán un pago por estas actividades.

Conservar a las tortugas marinas y mantener la certificación de Playa Limpia, es ahora un compromiso personal, comentan las mujeres mientras realizan sus tareas al interior de un vivero.

“En las labores de conservación hay más participación de mujeres que de hombres, se ha notado considerablemente la mano de ellas; hoy son las que tienen la batuta”, reconoce Julio César González.

Conforman su cooperativa turística

La oferta turística de El Verde Camacho se compone por playas amplias que aún conservan sus dunas, esas que poco se ven en los grandes desarrollos turísticos.

Las grandes extensiones de arena colindan con manglares que pueden recorrerse en lancha o kayak. Por tramos, las ramas de estos árboles acuáticos se alcanzan entre ellas y forman túneles que conducen a espacios abiertos en los que es posible apreciar la amplitud de las aguas que son transitadas por peces y algunos cocodrilos que se han habituado a la presencia humana.

Conforme se avanza, es posible apreciar garzas y otras aves que descansan o se alimentan; verde y azul dominan el paisaje.

Cuando es temporada de arribo de tortugas marinas, los visitantes pueden liberar crías y conocer las labores de conservación que se realizan en el campamento, como el monitoreo de las anidaciones de tortugas, el rescate e incubación de nidos, charlas de educación ambiental a estudiantes de diversas instituciones educativas y habitantes de poblados cercanos, entre otras.

Se suman los estudiantes de las escuelas cercanas a trabajar en la limpieza manual de playa. A cambio, podrán liberar las últimas crías de la temporada. Haga clic para ampliar. (Foto: Cooperativa Rural Servitur El Verde Camacho).

Las actividades turísticas se realizan en grupos pequeños de 5 a 10 personas que son guiados por integrantes de la Cooperativa Rural Servitur El Verde Camacho; compuesta por seis mujeres y ocho hombres de la comunidad, bajo la coordinación de Efraín Ramírez Tirado.

Antes de incursionar en el ecoturismo como un medio de sustento, Susana comenta, que sus integrantes se capacitaron en temas de administración, organización y resolución de conflictos, con los recursos que el biólogo Daniel Ríos les ayudó a conseguir a través del Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible de la Conanp; incluso tomaron un taller de primeros auxilios.

“Llevamos cursos de todo para que no haya envidia ni pleitos, todos estamos de acuerdo en lo que hacemos; hemos recibido capacitaciones diferentes”, precisa.

Regularmente, el ecoturismo se practica de una a dos veces por semana durante todo el año, especialmente de octubre a febrero, por ser la temporada de mayor afluencia de visitantes.

Características de la playa de El Verde Camacho

La playa se ubica en la sindicatura de Mármol y tiene una superficie aproximada de 96.64 hectáreas , que también abarcan esteros, lagunas y ríos, según información de la Conanp. El humedal costero de mayor tamaño es El Verde, alimentado por el flujo estacional del Río Quelite que desemboca en la zona núcleo de la playa tras recorrer 100 kilómetros desde su nacimiento.

Ahí se ubica el campamento tortuguero, que cuenta con una sala de incubación y un vivero (corral) para las nidadas recolectadas, así como un área para impartir educación ambiental a estudiantes, grupos comunitarios y visitantes.

El técnico operativo del campamento, Julio César González, menciona que las labores de monitoreo se realizan a lo largo de 18 kilómetros de playa.

De acuerdo con información contenida en la ficha de inscripción como sitio Ramsar (misma que se puede consultar en línea), El Verde Camacho es una playa índice para la tortuga golfina, (Lepidochelys olivácea), lo que significa que es importante para el monitoreo de las anidaciones de esta especie en peligro de extinción en Mexico, y los cambios en su abundancia.

También es hábitat de alimentación y corredor migratorio de la tortuga carey, (Eretmochelys imbricata) y tortuga negra (Chelonia agassizi). De manera esporádica, anida la tortuga laúd, (Dermochelys coriácea), todas ellas también en la categoría de en peligro de extinción de acuerdo a la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Los humedales de la zona son utilizados como área de reproducción, crecimiento, refugio y alimentación por una alta diversidad de especies, entre las que destacan aves residentes y migratorias; reptiles y mamíferos terrestres. Además, entre los humedales hay una elevada migración de organismos marinos de valor comercial, entre los que destacan diversas especies de peces, langosta, camarón, pulpo y ostión, de acuerdo a información de Conanp.

Problemáticas

Pese a su importancia biológica, el santuario tortuguero se ve afectado por la contaminación generada por la ganadería y piscicultura; tránsito de vehículos en área de playa, construcciones e iluminación nocturna, según se documenta en el registro de sitio Ramsar.

Por otro lado, en los decretos antes mencionados existe un error en la ubicación del Verde Camacho, pues en esos documentos oficiales se utilizan coordenadas que corresponden a los municipios de Escuinapa y Rosario.

Actualmente existe una solicitud presentada por la propia Conanp para que se modifique la declaratoria y se caracterice el polígono de las áreas naturales protegidas conforme a medición de instrumentos precisos georreferenciación territorial.

Proyecto comunitario

En febrero llegaron las últimas tortugas a desovar a las playas de El Verde Camacho, sus números menores porque la temporada alta se registra entre julio y noviembre.

Las/os miembros de la comunidad de El Recreo han aprendido que apostar por la conservación genera beneficios ambientales, sociales y económicos. Haga clic para ampliar. (Foto: Cooperativa Rural Servitur El Verde Camacho).

A partir de marzo, se empezaron a trabajar en la limpieza manual de playas con la finalidad de iniciar el proceso de recertificación anual que otorga el Instituto Mexicano de Normalización y Certificación. Para estas actividades apoya el grupo de mujeres compuesto por: Gabriela Aguilar, María Cristina Tirado, Casilda García Carrasco, Magaly Tirado Ramírez, Victoria Tirado; Norma Alicia Juárez, Claudia Raquel García, María Félix Escobar, María Auxiliadora Alvarado y Susana Tirado Luna. También intervienen Efraín Ramírez, Luis Ramírez Tirado y Juan Ramírez Reyes.

Y como todos los años, se suman los estudiantes de las escuelas cercanas, a cambio, podrán liberar las últimas crías de la temporada.

El tiempo deberá alcanzarles para dar mantenimiento al campamento, a los caminos, al estero y al huerto comunitario que formaron entre todas.

Después de terminar su jornada, las mujeres se dicen satisfechas con los resultados de su trabajo de conservación; ahora, ellas acuden a encuentros nacionales para compartir su experiencia con otras comunidades y campos tortugueros del país.

Junto con sus familias, se han convencido de que deben intervenir para conservar su mayor riqueza natural, como sustento de la vida misma y de las actividades productivas de la región.

* Periodista directora del proyecto independiente de
periodismo ambiental
Son Playas Mazatlán